domingo, 22 de febrero de 2009

Algunas disquisiciones sobre la Licenciatura en Psicología y Pedagogía (1)


Por:
Felipe Andrés Patiño
felandpat06@yahoo.es
Lina María Ramírez
linama97@yahoo.com
Licenciados en Psicología y Pedagogía
Universidad Pedagógica Nacional


Sin calificar de buenas o malas las implicaciones que la postmodernidad ha tenido para la educación y para el desarrollo de las disciplinas y las ciencias, es evidente que la construcción del conocimiento se vale hoy día de nuevos agentes, de nuevas relaciones y de nuevos escenarios, de hecho “el problema para la actualidad no es donde encontrar información sino como ofrecer acceso sin exclusiones a ella, y a la vez enseñar/aprender a seleccionarla, a evaluarla, a interpretarla, a clasificarla y a usarla”(2).

Bajo estas circunstancias, la pregunta por la Universidad y por la Psicopedagogía es imprescindible aunque inacabable puesto que en el actual escenario de interdependencia y transdisciplinariedad hablar de una parte del sistema implica hablar del sistema en su totalidad, razón por la que aquí no se dan respuestas, al contrario se aporta a una discusión que, en la Licenciatura en Psicología y Pedagogía, ya ha comenzado, aunque tímidamente, en las aulas de clase y que se ha visto reflejada en los intentos de transformación del Plan de Estudios, discusión que cada vez reclama mayor protagonismo en tanto las poblaciones y campos de acción son cada vez menos reductibles y comprensibles.

En este sentido, más que la interdisciplinariedad, las redes emergentes de apertura y de acción en la nueva construcción de conocimiento, llevan a pensar en la transdisciplinariedad de las disciplinas en tanto así se acogen y resignifican las implicaciones de la simbiosis(3) como estrategia de aprendizaje del mundo. En este escenario, si bien el termino Psicopedagogía se compone fundamentalmente de la simbiosis entre Psicología y Pedagogía, la práctica y el pensar sobre ésta disciplina deben trascender las lógicas modernas de su composición para darle espacio en su núcleo a las reflexiones de otras ciencias y disciplinas; pues ni la Psicología ni la Pedagogía, y mucho menos la Psicopedagogía continúan siendo lo que eran hace unos años.

La apuesta consiste entonces en que desde el Plan de Estudios de la Licenciatura se enseñe a pensar en apertura en la medida en la que los núcleos organizativos del programa estén pensados en red, y esto es mucho más que pensar en establecer conexiones entre áreas o módulos. Las redes son organismos vivos jamás terminados, tendientes a la ampliación.

En este marco, la búsqueda de un estatuto epistemológico que a buena hora ha rondado el interés de algunos en la Licenciatura, debe ser un camino de cuidadoso recorrido para no caer en las pretensiones iluministas de situarse en un único lugar de entendimiento puesto que las relaciones entre enseñanza/aprendizaje dentro de una lógica dialéctica y binaria como hasta hoy se han asumido están quedando atrás. Primero, los dualismos, propios de la lógica cartesiana son inútiles a la hora de interpelar al sujeto, y segundo la dialéctica está dejando de ser la relación comunicativa entre emisor-receptor, para darle paso a la coexistencia de multiexpresores y además a la emergencia de diversas formas de expresión.

Bajo está perspectiva, bienvenida la Psicopedagogía que pueda pensar los aprendizajes del mundo desde la Sociología, desde la Biología, desde las Artes Plásticas, Literarias y Musicales, desde el ascetismo, desde lo político, desde la Psicología, desde la Pedagogía, y por supuesto desde todas las anteriores a la vez. Todo lo anterior es hoy día Psicopedagogía. Es conocimiento del mundo.

Pero en la lógica de la red, pensar la Licenciatura en Psicología y Pedagogía implica también pensar la Universidad Pedagógica Nacional, sobre todo en un momento en el que parece estar desconociendo su responsabilidad de transformación histórica de las épocas; los intelectuales que la habitan están encerrados en su nicho y el acercamiento cálido a las grandes producciones de los maestros está sujeto a la inclusión en grupos cerrados. Las voces que más se han oído en sus plazas, especialmente en estos tres últimos años, son las del radicalismo, en parte porque el país está dirigido por una densa sombra radical y violenta, como parece estar también dirigido el mundo, sombra encarnada en su gobierno y en sus medios de comunicación tradicionalistas, pero también porque la Universidad no se ha permitido salir de una revolución anacrónica que la asecha.

Con respecto a lo anterior Brunner menciona que “lo que se observa en la actualidad en América Latina es una radical incapacidad de la universidad para pensar y expresar reflexivamente el cambio de la sociedad que viene con la globalización, la revolución científico-tecnológica y con el nuevo papel que el conocimiento empieza a jugar en todos los ámbitos de la sociedad”(4).

El reto consiste entonces en empezar a articular procesos de deconstrucción de lo hasta hoy aprendido permitiendo la interpelación del acontecimiento como base de la emergencia de nuevos sentidos vitales. De hecho este trabajo es un intento por construir nuevos caminos para el psicopedagogo y la psicopedagogía pues pretende ampliar lo que se asume como modelos de intervención psicopedagógica, dando a entender que a la luz de las sociedades contemporáneas los modelos entendidos como plantillas de intervención pierden sentido en tanto ni el mundo ni los sujetos son estáticos.

La psicopedagogía, entonces, debe reconocer el camino de los estudios sociales para situar su quehacer en relación al trasegar de las sociedades, y así transformarlas desde dentro gracias a un profunda conocimiento de sus relaciones; y que mejor que la escuela como escenario de socialización para gestionar dichas trasformaciones reconociendo en el psicopedagogo y en la psicopedagogía el activismo de la pedagogía del acontecimiento.
Notas

1. Este texto hace parte del trabajo de grado realizado por los autores para optar por el titulo de Licenciado en Psicología y Pedagogía de la Universidad Pedagógica Nacional, año 2008. El documento completo se encuentra en la Biblioteca principal de Universidad Pedagógica Nacional, con el nombre de “En Busca del sujeto social: un recorrido por el trasegar de las subjetividades perfomáticas en la escuela”.

2. BRUNNER, José Joaquín. Globalización y el futuro de la educación: tendencias, desafíos, estrategias. Seminario sobre Prospectivas de la Educación en América Latina y el Caribe, Chile, 23 al 25 de agosto de 2000. p. 14.

3. El termino simbiosis se deriva del griego, symbioun que significa 'vivir juntos'. Hace referencia a la interdependencia de dos organismos de especies diferentes que obtienen un beneficio mutuo de la relación establecida. Sin ampliar los detalles desde el punto de vista de la Biología, la simbiosis reconoce la interdependencia entre organismos diferentes como estrategia para la sana vivencia de los dos; sin embargo, vale la pena pensar en una simbiosis entre infinidad de organismos vivos.

4. BRUNNER, José Joaquín. Ibíd. p. 24.

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