domingo, 18 de octubre de 2009

LA PSICOPEDAGOGIA EN EL DECRETO DE INCLUSIÓN EDUCATIVA. (366 DEL 2009)

Por: Miller Antonio Pérez Lasprilla
Licenciado en Psicología y Pedagogía. UPN
paidoperez@hotmail.com


El 07 de febrero del presente año, el gobierno central sancionó el decreto 366 del 2009, el cual reglamenta “la organización del servicio de apoyo pedagógico para la atención de los estudiantes con discapacidad y con capacidades o con talentos excepcionales en el marco de la educación inclusiva”. En este decreto, el gobierno nacional recomienda, como primera opción, a profesionales de la Psicopedagogía para adelantar el trabajo de integración y ajuste de la dinámica educativa en favor de la inclusión de niños y niñas con necesidades educativas especiales al aula regular. Por esta razón, y de acuerdo con el objetivo de este blog, en este artículo se destacarán las funciones establecidas por el decreto de acuerdo al perfil del Psicopedagogo egresado de la Universidad Pedagógica Nacional.

Según el decreto, las instituciones educativas Colombianas deben contar con profesionales de apoyo de acuerdo a un número especificado de niños con necesidades educativas especiales. Este profesional de apoyo “…debe responder a los requerimientos diferenciales de los estudiantes con discapacidad o con capacidades o con talentos excepcionales. Para lo anterior, este personal debe acreditar formación y experiencia específica de por lo menos dos (2) años en su atención, preferiblemente con perfil en psicopedagogía, educación especial, o en disciplinas como psicología, fonoaudiología, terapia ocupacional como apoyos complementarios a la educación. Este personal debe certificar formación y experiencia en modelos educativos, pedagogías y didácticas flexibles”.

Las funciones que establece el decreto para el profesional de apoyo, aparecen enunciadas en el artículo 10 a través de nueve numerales. Estas funciones se relacionan con la gestión y articulación de la inclusión educativa a la dinámica institucional regular, en las cuales se destacan el trabajo con los docentes para la atención diferenciada, la participación en la formulación del PEI, el diseño de metodologías de enseñanza que promuevan la integración - incluida la evaluación y promoción-, la caracterización de los niños con necesidades educativas especiales y el acompañamiento a las familias en busca de generar ambientes favorables de aprendizaje.

El profesional de apoyo debe demostrar un conocimiento amplio sobre las necesidades educativas que demandan niños con sordo ceguera, hipoacusia, retardo mental, autismo, síndrome de Down, Hiperactividad, déficit de atención u otras condiciones especiales como el talento excepcional. En este sentido, el decreto establece un número determinado de profesionales de apoyo de acuerdo al número de casos y sus características.

De igual forma, el profesional de apoyo debe estar en capacidad de valorar o realizar una evaluación Psicopedagógica que permita proyectar acciones, que a la vez sirvan de referente para una evaluación del proceso educativo. Según el decreto, en el articulo 3 Numeral 1, los entes territoriales deben “determinar, con la instancia o institución que la entidad territorial defina, la condición de discapacidad o capacidad o talento excepcional del estudiante que lo requiera, mediante una evaluación psicopedagógica y una caracterización interdisciplinaria”. Esta función queda expresa en una de las funciones que establece el decreto para el profesional de apoyo, que lo obliga a “Participar en el desarrollo de actividades que se lleven a cabo en el establecimiento educativo relacionadas con caracterización de los estudiantes con discapacidad o con capacidades o con talentos excepcionales, la sensibilización de la comunidad escolar y la formación de docentes”.

Respecto a la caracterización interdisciplinaria, se espera que los diagnósticos y valoraciones provengan de profesionales especializados en áreas como neurología, Psiquiatría y Psicología clínica, y además, que estos informes estén dirigidos al profesional de apoyo encargado del proceso de inclusión; finalmente, el diagnóstico en sí mismo no garantiza ningún proceso educativo, y es apenas un punto de referencia – si se quiere- para ajustar la metodología de enseñanza y forma de interacción frente un objetivo educativo.

En este sentido, la evaluación Psicopedagógica se constituye en la médula del proceso de inclusión, al sintetizar diagnóstico, metodología, enfoque, evaluación, seguimiento, y apoyo de la comunidad educativa frente a las necesidades educativas de algunos niños. De esta forma, la citada evaluación, y las posteriores acciones, pueden orientarse a integrar o incluir los niños a las actividades regulares de una institución y no solamente a “intentar superar limitaciones que imponen condiciones especiales de aprendizaje” (aunque la evaluación y acción Psicopedagógica también se lo proponga).

En síntesis, el perfil del profesional de apoyo – quien preferiblemente y como primera opción debe estar formado en Psicopedagogía- debe ser el de un pedagogo con conocimiento de la dinámica social, antropológica, filosófica y Psicológica del aprendizaje, que responda al conocimiento de las diferentes condiciones especiales de aprendizaje y las perspectivas pedagógicas y didácticas que se ajustan a sus características. En otras palabras, debe ser un profesional apropiado del “discurso educativo” y con identidad de maestro: un profesional que se sienta parte de la misión de educar, y no solo alguien que pretenda iluminar a los maestros sobre qué debe hacerse en la escuela.

viernes, 13 de marzo de 2009

Presentación

El blog Licenciados en psicología y pedagogía, es un espacio pensado para el intercambio de información y construcción de conocimiento que sirva al ejercicio de la Psicopedagogía en Colombia. Ensayos, reseñas, artículos, temáticas especializadas, foros de discusión e invitaciones a eventos de interés psicopedagógico, hacen parte de la agenda que, adicionalmente, busca fortalecer la identidad disciplinar de los estudiantes y egresados de la licenciatura en Psicología y Pedagogía (UPN).

El espacio hace parte de una iniciativa particular, que necesariamente no refleja la posición oficial de la Universidad Pedagógica Nacional. Surge por la necesidad de ampliar la discusión sobre el papel de la Psicopedagogía en el contexto educativo y por ende social, político y económico del país, desde el ámbito de los Psicopedagogos en ejercicio y los estudiantes en formación.

El espacio desarrolla un enfoque proactivo, humanista, práctico y constructivo sobre las problemáticas que debe enfrentar la Psicopedagogía , a fin de dinamizar respuestas efectivas a necesidades propias del ámbito educativo formal y no formal.

¡¡Bienvenidos sean todos a este espacio!!

Esperamos más que lectores, generadores de ideas innovadoras.

ESQUEMA DE UNA PROPUESTA DE INTERVENCION PEDAGOGICA PARA LOS CENTROS DE EMERGENCIA DEL ICBF: EL DERECHO Y EL DEBER DE SER PERSONA


El derecho es el conjunto de condiciones que permiten a la
libertad de cada uno acomodarse a la libertad de todos.
Immanuel Kant

El derecho y el deber son como las palmeras: no dan frutos
si no crecen uno al lado del otro.
Félecité de Lamennais

Por: Miller Antonio Pérez Lasprilla
Lic. en Psicología y Pedagogía.
Universidad Pedagógica Nacional


El lineamiento para los centros de emergencia No. LM08.PN13 expedido el 07 de Mayo del 2007 por el ICBF, establece como uno de los objetivos de los centros “realizar acciones sustitutivas del cuidado familiar y de convivencia y ocupación del tiempo libre, como: formación de hábitos, actividades lúdicas, recreativas, culturales, artística, pedagógica, deportiva, y todas aquellas que permitan responder a las necesidades inmediatas de los niños, niñas y adolescentes”.

En este objetivo particular, el lineamento hace referencia a las actividades pedagógicas como una de las acciones conducentes al restablecimiento de los derechos de los niños, niñas y adolescentes que son ubicados en este centro. No obstante el lineamiento no establece con claridad cual es el sentido de dichas actividades pedagógicas, razón por lo cual se hace necesario esbozar una propuesta que responda a las necesidades de la comunidad que integra los centros de emergencia.

Para empezar, es necesario definir que es la pedagogía, o por lo menos escoger una definición que se ajuste al objetivo de los centros de emergencia, dado que en este sentido no hay un consenso al definirla. Al respecto, definiciones ofrecidas por autores como Olga Lucia Zuluaga, pueden llegar a usarse como bitácora para esta propuesta de intervención dado su valor descriptivo y argumentativo. Según esta autora en particular, la pedagogía”…conceptualiza, aplica y experimenta los conocimientos referentes a la enseñanza de los saberes específicos, en las diferentes culturas. (Zuluaga, 1999. Pág.11) definición que se ajusta a una mirada didáctica y metodologica para volver operativa la enseñanza y el aprendizaje en los centros de emergencia del ICBF.

Sin embargo, la pedagogía por si sola no constituye un proyecto educativo, para esto debe agregarse a un proyecto social imbuido en un modelo o enfoque. Esto quiere decir que la pedagogía, para ser operativa, debe encarnar principios y objetivos de acuerdo a la idea de sujeto y sociedad proyectada por un grupo de personas designadas socialmente para la tarea de enseñar: los maestros. De esta forma, para definir una propuesta pedagógica para los centros de emergencia, es necesario contestar las siguientes preguntas: ¿Que sujeto se espera? ¿Que sociedad? ¿Como aprende un niño maltratado o abusado? ¿Cuál es la teoría de conocimiento que orienta la enseñanza y aprendizaje en el centro? ¿Cual teoría del aprendizaje?, entre otras.

Las respuestas a estas preguntas podrán dar forma a una propuesta pedagógica que se ajuste a las proyecciones que hace la ley de infancia para el restablecimiento de los derechos de niños, niñas y adolescentes, cuyas familias de origen NO son garantes de sus derechos. Adicionalmente, para esta tarea será necesario apoyarse en un enfoque de construcción Psicopedagógica, dadas las características socio culturales y las subsecuentes necesidades educativas particulares del grupo poblacional a quienes va dirigida la estrategia, las cuales se resumen a continuación.

1. Los niños, niñas y adolescentes como sujetos de derechos.

Ser sujeto de derechos implica el reconocimiento que hace la ley a los niños, niñas y adolescentes como personas autónomas e independientes a quienes se debe proteger de manera integral. De esta forma, el código de infancia reconoce su uso de conciencia, autonomía y libertad para decidir.

El enfoque de la titularidad de los derechos tiene las siguientes implicaciones en un proyecto pedagógico:

1.1 Espacios para participar en la definición de las actividades pedagógicas: en la práctica, esta implicación se traduce en la necesidad de considerar los intereses y expectativas de los niños, abriendo espacios para que se expresen en este sentido.
1.2 Discusiones éticas y morales. Conocimiento de los derechos y responsabilidades que designa la ley para su protección: el acento en este aparte debe recalcar la necesidad de que los niños se hagan responsables de sus actos para ser titulares de derechos: nadie puede exigir que se cumplan sus derechos si no respeta los derechos de los demás.
2. Sociedad democrática, participativa y pluralista.
Según la constitución política “Colombia es un Estado social de derecho (…) democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general”. Esta definición del estado Colombiano como utopía social, es el referente para el proyecto pedagógico que se intenta formular en este documento. Y tiene las siguientes implicaciones:

2.1 Reconocimiento de los derechos de los niños, profesores y demás miembros de los centros de emergencia en consideración de su dignidad humana: es decir, por la condición de ser humano del maestro y sus estudiantes que merecen respeto y consideración.

2.2 Participación activa en la desiciones que afectan al grupo: consensos y sugerencias sobre aspectos como la alimentación y los tiempos y espacios para las actividades.

2.3 Espacios de trabajo colectivo para el bien común: este aspecto puede relacionarse con actividades que beneficien a otros grupos de niños que habitan el centro; por ejemplo material que sirva a los niños de párvulos o el grupo de niñas escolares.

3. ¿Como aprende un niño que ha sido abusado o maltratado?

Independientemente de la teoría de aprendizaje que guíe las actividades en un proyecto pedagógico, es evidente que un niño que ha sido maltratado o abusado aprende de forma diferente. La experiencia de maltrato o abuso genera un monto importante de ansiedad que muchas veces desborda la capacidad de contención emocional del niño, provocando, según su experiencia previa y la estructura de su personalidad, formaciones reactivas que en ocasiones reproducen la experiencia vivida para tratar de incorporarla a su experiencia vital. Al respecto, “Freud planteó que los niños repiten en juegos situaciones displacenteras vividas de forma pasiva, las reproducen cumpliendo un papel activo. Esta repetición no esta al servicio del placer, se trata de un intento de ligadura de la intensidad de la vivencia penosa, vinculada a la impresión displacentera; de ese modo descargan excitación y procuran adueñarse de la situación, manejándola desde una posición activa” (Laino, Dora & otros. 2003. Pág. 11)

El fenómeno anterior puede manifestarse en las diferentes actividades y espacios de reunión en los centros de emergencia, donde eventualmente pueden observarse comportamientos violentos de niños contra otros niños y contra ellos mismos(1). Cuando un niño no ha incorporado parte de la experiencia negativa, no la ha podido “canalizar” en actividades constructivas, es prácticamente imposible que este dispuesto para las actividades de aprendizaje. En este sentido, es importante un trabajo conjunto entre los terapeutas y el psicopedagogo - u otro maestro(a) - para intercambiar acciones y observaciones que faciliten la expresión de la situación frustrante y dolorosa, y evite desbordes emocionales que compliquen aun mas su condición. Este trabajo conjunto puede ir más allá de una conversación informal, para configurar un informe de atención Psicopedagógica que se integre a la valoración general.

4. Teoría socio cultural del desarrollo.

Lev Semenovic Vigotsky (1979) señala que todo aprendizaje tiene una historia previa, todo niño ya ha tenido experiencias antes de iniciar cualquier proceso de aprendizaje, por tanto aprendizaje y desarrollo están interrelacionados desde los primeros días de vida del niño. Este autor refiere dos niveles: el nivel evolutivo real, que hace referencia al desarrollo de las capacidades intelectuales propias de cada individuo y pueden realizar por si solos; y el nivel de desarrollo potencial que hace referencia a todo aquello que los individuos pueden hacer con la ayuda de otros.

Esta diferencia fue llamada por el autor como Zona de desarrollo próximo que “no es otra cosa que la distancia entre el nivel real de desarrollo, determinado por la capacidad de resolver independientemente un problema, y el nivel de desarrollo potencial, determinado por la resolución de un problema bajo la guía de un adulto o en colaboración de un compañero mas capaz” ( Vigotsky,1979. Pág 133).

Esta teoría tiene otras acepciones sobre aspectos del desarrollo, las funciones psicológicas superiores, la funciones interpsicologicas e intrapsicologicas, que el autor no ampliara para no hacer mas densa esta presentación. Lo importante es el principio que se esboza en este aparte, el cual establece, que toda actividad de aprendizaje debe formularse con base en el reconocimiento de los aprendizajes previos y el nivel de “andamiaje” necesario para incrementar las habilidades y competencias de los niños, niñas y adolescentes en determinadas áreas del conocimiento.

En fin, con esta breve descripción de la teoría sociocultural de Lev Semenovic Vigotsky, el autor termina de esbozar los componentes de la propuesta pedagógica que ha llamado el derecho y el deber de ser persona. En adelante, el autor señalara las unidades temáticas y metodologicas para materializar el enfoque, y terminará con una proyección sobre la labor pedagógica en los centros de emergencia.

5. Unidades temáticas

Dimensión ética del comportamiento: los derechos y deberes.
Reconocimiento de si mismo: actividades conducentes al conocimiento de aspectos de la personalidad, deseos y sueños de los niños.

6. Metodología

Para hacer operativo el enfoque es necesario hacer una prueba inicial que identifique los intereses y aptitudes de los niños. La prueba se basará en la observación sobre la interacción del niño con el maestro, su historia escolar, habilidades de escritura, lectura, modelado, discriminación y coordinación visual, motricidad gruesa y fina, articulación de las palabras, fluidez, riqueza de léxico, y se complementará con una observación del niño en el grupo de trabajo para identificar sus habilidades sociales.

Con el resultado de la prueba, el Psicopedagogo – o maestro(a) – podrá articular actividades especificas para fortalecer las competencias y actitudes que promueve el proyecto pedagógico, y facilitar la interacción de los niños, niñas y adolescentes con los demás miembros del grupo.

De la misma forma, es necesario evaluar el proceso con intervalos de 10 días para registrar los resultados, revisar la metodología y las actividades, y hacer recomendaciones al grupo de intervención terapéutica - si fuera necesario-.

De otro modo, para mejorar la interacción de los niños con el Psicopedagogo o maestro, es necesario que éste profesional conozca la situación irregular que lo llevó al centro de emergencia. Este conocimiento, que deberá guardar según su ética profesional, le ayudará a establecer estrategias que favorezcan la convivencia en el centro, y a no cometer errores al despertar resistencias derivadas de la situación penosa que experimentó el niño, niña o adolescente.

7. Proyección de la labor pedagógica en los centros de emergencia.

Los niños, niñas y adolescentes que han sido victimas de maltrato, abuso u otro delito, y son ubicados en los centros de emergencia, necesitan del apoyo conjunto de profesionales que se interesen por su bienestar. En este sentido, el psicopedagogo – u otro maestro(a)- tiene un papel importante en esta labor, al estructurar y poner en marcha programas de desarrollo humano que resalten las potencialidades de los niños desde la perspectiva del ejercicio de sus derechos.

La labor pedagógica, encarnada en la figura del educador, es un componente indispensable en el proyecto de los centros de emergencia. No obstante, esta labor debe ser estructurada y formulada con base en los objetivos del programa, la condición humana de los niños, niñas y adolescentes y el conocimiento capitalizado históricamente por la pedagogía. Es decir, un proyecto solo es pedagógico cuando orienta sus acciones y persigue un objetivo con base en principios definidos sobre que es aprender, que es un sujeto, y cual es el proyecto social que privilegia, entre otros.

De esta forma, la pedagogía, en cabeza de profesionales como los psicopedagogos y otros educadores, tiene como reto en los centros de emergencia: responder a las necesidades especiales de un grupo de niños que experimentan los efectos del sin sentido humano, muchas veces en manos de su propia familia. Cuando un niño ingresa a un centro de emergencia puede llegar a sentir que su mundo se desmoronó y que nada tiene sentido; o sentirse solo o sola y sin esperanza. En este sentido, la tarea del maestro es comprender la situación desde adentro y promover acciones que visibilicen todo aquello que nos queda de humanos, incluso ante las peores tragedias.

Bibliografía

LAINO, Dora / PAIN, Sara y AGENO, Raúl Mario La Psicopedagogía en la actualidad: Nuevos aportes para una clínica del aprender/.-1ª .ed. – Rosario: Homo Sapiens, 2003.
VIGOTSKY, L.S. (1979). El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. Buenos aires. Grijalbo
ZULUAGA, Olga Lucia la historicidad de la pedagogía. La enseñanza, un objeto de saber. 1999. Editorial Anthropos siglo del hombre editores.
Constitución política de Colombia. 1991
Ley de infancia y adolescencia 1098 del 2006.
Notas
1. En este punto es importante aclarar que el autor habla de niños con un nivel de contención emocional básico, y que en este caso no se refiere a niños con cuadros psiquiátricos o problemas mentales, los cuales reciben o deben recibir atención especializada e individual.

domingo, 22 de febrero de 2009

Algunas disquisiciones sobre la Licenciatura en Psicología y Pedagogía (1)


Por:
Felipe Andrés Patiño
felandpat06@yahoo.es
Lina María Ramírez
linama97@yahoo.com
Licenciados en Psicología y Pedagogía
Universidad Pedagógica Nacional


Sin calificar de buenas o malas las implicaciones que la postmodernidad ha tenido para la educación y para el desarrollo de las disciplinas y las ciencias, es evidente que la construcción del conocimiento se vale hoy día de nuevos agentes, de nuevas relaciones y de nuevos escenarios, de hecho “el problema para la actualidad no es donde encontrar información sino como ofrecer acceso sin exclusiones a ella, y a la vez enseñar/aprender a seleccionarla, a evaluarla, a interpretarla, a clasificarla y a usarla”(2).

Bajo estas circunstancias, la pregunta por la Universidad y por la Psicopedagogía es imprescindible aunque inacabable puesto que en el actual escenario de interdependencia y transdisciplinariedad hablar de una parte del sistema implica hablar del sistema en su totalidad, razón por la que aquí no se dan respuestas, al contrario se aporta a una discusión que, en la Licenciatura en Psicología y Pedagogía, ya ha comenzado, aunque tímidamente, en las aulas de clase y que se ha visto reflejada en los intentos de transformación del Plan de Estudios, discusión que cada vez reclama mayor protagonismo en tanto las poblaciones y campos de acción son cada vez menos reductibles y comprensibles.

En este sentido, más que la interdisciplinariedad, las redes emergentes de apertura y de acción en la nueva construcción de conocimiento, llevan a pensar en la transdisciplinariedad de las disciplinas en tanto así se acogen y resignifican las implicaciones de la simbiosis(3) como estrategia de aprendizaje del mundo. En este escenario, si bien el termino Psicopedagogía se compone fundamentalmente de la simbiosis entre Psicología y Pedagogía, la práctica y el pensar sobre ésta disciplina deben trascender las lógicas modernas de su composición para darle espacio en su núcleo a las reflexiones de otras ciencias y disciplinas; pues ni la Psicología ni la Pedagogía, y mucho menos la Psicopedagogía continúan siendo lo que eran hace unos años.

La apuesta consiste entonces en que desde el Plan de Estudios de la Licenciatura se enseñe a pensar en apertura en la medida en la que los núcleos organizativos del programa estén pensados en red, y esto es mucho más que pensar en establecer conexiones entre áreas o módulos. Las redes son organismos vivos jamás terminados, tendientes a la ampliación.

En este marco, la búsqueda de un estatuto epistemológico que a buena hora ha rondado el interés de algunos en la Licenciatura, debe ser un camino de cuidadoso recorrido para no caer en las pretensiones iluministas de situarse en un único lugar de entendimiento puesto que las relaciones entre enseñanza/aprendizaje dentro de una lógica dialéctica y binaria como hasta hoy se han asumido están quedando atrás. Primero, los dualismos, propios de la lógica cartesiana son inútiles a la hora de interpelar al sujeto, y segundo la dialéctica está dejando de ser la relación comunicativa entre emisor-receptor, para darle paso a la coexistencia de multiexpresores y además a la emergencia de diversas formas de expresión.

Bajo está perspectiva, bienvenida la Psicopedagogía que pueda pensar los aprendizajes del mundo desde la Sociología, desde la Biología, desde las Artes Plásticas, Literarias y Musicales, desde el ascetismo, desde lo político, desde la Psicología, desde la Pedagogía, y por supuesto desde todas las anteriores a la vez. Todo lo anterior es hoy día Psicopedagogía. Es conocimiento del mundo.

Pero en la lógica de la red, pensar la Licenciatura en Psicología y Pedagogía implica también pensar la Universidad Pedagógica Nacional, sobre todo en un momento en el que parece estar desconociendo su responsabilidad de transformación histórica de las épocas; los intelectuales que la habitan están encerrados en su nicho y el acercamiento cálido a las grandes producciones de los maestros está sujeto a la inclusión en grupos cerrados. Las voces que más se han oído en sus plazas, especialmente en estos tres últimos años, son las del radicalismo, en parte porque el país está dirigido por una densa sombra radical y violenta, como parece estar también dirigido el mundo, sombra encarnada en su gobierno y en sus medios de comunicación tradicionalistas, pero también porque la Universidad no se ha permitido salir de una revolución anacrónica que la asecha.

Con respecto a lo anterior Brunner menciona que “lo que se observa en la actualidad en América Latina es una radical incapacidad de la universidad para pensar y expresar reflexivamente el cambio de la sociedad que viene con la globalización, la revolución científico-tecnológica y con el nuevo papel que el conocimiento empieza a jugar en todos los ámbitos de la sociedad”(4).

El reto consiste entonces en empezar a articular procesos de deconstrucción de lo hasta hoy aprendido permitiendo la interpelación del acontecimiento como base de la emergencia de nuevos sentidos vitales. De hecho este trabajo es un intento por construir nuevos caminos para el psicopedagogo y la psicopedagogía pues pretende ampliar lo que se asume como modelos de intervención psicopedagógica, dando a entender que a la luz de las sociedades contemporáneas los modelos entendidos como plantillas de intervención pierden sentido en tanto ni el mundo ni los sujetos son estáticos.

La psicopedagogía, entonces, debe reconocer el camino de los estudios sociales para situar su quehacer en relación al trasegar de las sociedades, y así transformarlas desde dentro gracias a un profunda conocimiento de sus relaciones; y que mejor que la escuela como escenario de socialización para gestionar dichas trasformaciones reconociendo en el psicopedagogo y en la psicopedagogía el activismo de la pedagogía del acontecimiento.
Notas

1. Este texto hace parte del trabajo de grado realizado por los autores para optar por el titulo de Licenciado en Psicología y Pedagogía de la Universidad Pedagógica Nacional, año 2008. El documento completo se encuentra en la Biblioteca principal de Universidad Pedagógica Nacional, con el nombre de “En Busca del sujeto social: un recorrido por el trasegar de las subjetividades perfomáticas en la escuela”.

2. BRUNNER, José Joaquín. Globalización y el futuro de la educación: tendencias, desafíos, estrategias. Seminario sobre Prospectivas de la Educación en América Latina y el Caribe, Chile, 23 al 25 de agosto de 2000. p. 14.

3. El termino simbiosis se deriva del griego, symbioun que significa 'vivir juntos'. Hace referencia a la interdependencia de dos organismos de especies diferentes que obtienen un beneficio mutuo de la relación establecida. Sin ampliar los detalles desde el punto de vista de la Biología, la simbiosis reconoce la interdependencia entre organismos diferentes como estrategia para la sana vivencia de los dos; sin embargo, vale la pena pensar en una simbiosis entre infinidad de organismos vivos.

4. BRUNNER, José Joaquín. Ibíd. p. 24.