viernes, 13 de marzo de 2009

ESQUEMA DE UNA PROPUESTA DE INTERVENCION PEDAGOGICA PARA LOS CENTROS DE EMERGENCIA DEL ICBF: EL DERECHO Y EL DEBER DE SER PERSONA


El derecho es el conjunto de condiciones que permiten a la
libertad de cada uno acomodarse a la libertad de todos.
Immanuel Kant

El derecho y el deber son como las palmeras: no dan frutos
si no crecen uno al lado del otro.
Félecité de Lamennais

Por: Miller Antonio Pérez Lasprilla
Lic. en Psicología y Pedagogía.
Universidad Pedagógica Nacional


El lineamiento para los centros de emergencia No. LM08.PN13 expedido el 07 de Mayo del 2007 por el ICBF, establece como uno de los objetivos de los centros “realizar acciones sustitutivas del cuidado familiar y de convivencia y ocupación del tiempo libre, como: formación de hábitos, actividades lúdicas, recreativas, culturales, artística, pedagógica, deportiva, y todas aquellas que permitan responder a las necesidades inmediatas de los niños, niñas y adolescentes”.

En este objetivo particular, el lineamento hace referencia a las actividades pedagógicas como una de las acciones conducentes al restablecimiento de los derechos de los niños, niñas y adolescentes que son ubicados en este centro. No obstante el lineamiento no establece con claridad cual es el sentido de dichas actividades pedagógicas, razón por lo cual se hace necesario esbozar una propuesta que responda a las necesidades de la comunidad que integra los centros de emergencia.

Para empezar, es necesario definir que es la pedagogía, o por lo menos escoger una definición que se ajuste al objetivo de los centros de emergencia, dado que en este sentido no hay un consenso al definirla. Al respecto, definiciones ofrecidas por autores como Olga Lucia Zuluaga, pueden llegar a usarse como bitácora para esta propuesta de intervención dado su valor descriptivo y argumentativo. Según esta autora en particular, la pedagogía”…conceptualiza, aplica y experimenta los conocimientos referentes a la enseñanza de los saberes específicos, en las diferentes culturas. (Zuluaga, 1999. Pág.11) definición que se ajusta a una mirada didáctica y metodologica para volver operativa la enseñanza y el aprendizaje en los centros de emergencia del ICBF.

Sin embargo, la pedagogía por si sola no constituye un proyecto educativo, para esto debe agregarse a un proyecto social imbuido en un modelo o enfoque. Esto quiere decir que la pedagogía, para ser operativa, debe encarnar principios y objetivos de acuerdo a la idea de sujeto y sociedad proyectada por un grupo de personas designadas socialmente para la tarea de enseñar: los maestros. De esta forma, para definir una propuesta pedagógica para los centros de emergencia, es necesario contestar las siguientes preguntas: ¿Que sujeto se espera? ¿Que sociedad? ¿Como aprende un niño maltratado o abusado? ¿Cuál es la teoría de conocimiento que orienta la enseñanza y aprendizaje en el centro? ¿Cual teoría del aprendizaje?, entre otras.

Las respuestas a estas preguntas podrán dar forma a una propuesta pedagógica que se ajuste a las proyecciones que hace la ley de infancia para el restablecimiento de los derechos de niños, niñas y adolescentes, cuyas familias de origen NO son garantes de sus derechos. Adicionalmente, para esta tarea será necesario apoyarse en un enfoque de construcción Psicopedagógica, dadas las características socio culturales y las subsecuentes necesidades educativas particulares del grupo poblacional a quienes va dirigida la estrategia, las cuales se resumen a continuación.

1. Los niños, niñas y adolescentes como sujetos de derechos.

Ser sujeto de derechos implica el reconocimiento que hace la ley a los niños, niñas y adolescentes como personas autónomas e independientes a quienes se debe proteger de manera integral. De esta forma, el código de infancia reconoce su uso de conciencia, autonomía y libertad para decidir.

El enfoque de la titularidad de los derechos tiene las siguientes implicaciones en un proyecto pedagógico:

1.1 Espacios para participar en la definición de las actividades pedagógicas: en la práctica, esta implicación se traduce en la necesidad de considerar los intereses y expectativas de los niños, abriendo espacios para que se expresen en este sentido.
1.2 Discusiones éticas y morales. Conocimiento de los derechos y responsabilidades que designa la ley para su protección: el acento en este aparte debe recalcar la necesidad de que los niños se hagan responsables de sus actos para ser titulares de derechos: nadie puede exigir que se cumplan sus derechos si no respeta los derechos de los demás.
2. Sociedad democrática, participativa y pluralista.
Según la constitución política “Colombia es un Estado social de derecho (…) democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general”. Esta definición del estado Colombiano como utopía social, es el referente para el proyecto pedagógico que se intenta formular en este documento. Y tiene las siguientes implicaciones:

2.1 Reconocimiento de los derechos de los niños, profesores y demás miembros de los centros de emergencia en consideración de su dignidad humana: es decir, por la condición de ser humano del maestro y sus estudiantes que merecen respeto y consideración.

2.2 Participación activa en la desiciones que afectan al grupo: consensos y sugerencias sobre aspectos como la alimentación y los tiempos y espacios para las actividades.

2.3 Espacios de trabajo colectivo para el bien común: este aspecto puede relacionarse con actividades que beneficien a otros grupos de niños que habitan el centro; por ejemplo material que sirva a los niños de párvulos o el grupo de niñas escolares.

3. ¿Como aprende un niño que ha sido abusado o maltratado?

Independientemente de la teoría de aprendizaje que guíe las actividades en un proyecto pedagógico, es evidente que un niño que ha sido maltratado o abusado aprende de forma diferente. La experiencia de maltrato o abuso genera un monto importante de ansiedad que muchas veces desborda la capacidad de contención emocional del niño, provocando, según su experiencia previa y la estructura de su personalidad, formaciones reactivas que en ocasiones reproducen la experiencia vivida para tratar de incorporarla a su experiencia vital. Al respecto, “Freud planteó que los niños repiten en juegos situaciones displacenteras vividas de forma pasiva, las reproducen cumpliendo un papel activo. Esta repetición no esta al servicio del placer, se trata de un intento de ligadura de la intensidad de la vivencia penosa, vinculada a la impresión displacentera; de ese modo descargan excitación y procuran adueñarse de la situación, manejándola desde una posición activa” (Laino, Dora & otros. 2003. Pág. 11)

El fenómeno anterior puede manifestarse en las diferentes actividades y espacios de reunión en los centros de emergencia, donde eventualmente pueden observarse comportamientos violentos de niños contra otros niños y contra ellos mismos(1). Cuando un niño no ha incorporado parte de la experiencia negativa, no la ha podido “canalizar” en actividades constructivas, es prácticamente imposible que este dispuesto para las actividades de aprendizaje. En este sentido, es importante un trabajo conjunto entre los terapeutas y el psicopedagogo - u otro maestro(a) - para intercambiar acciones y observaciones que faciliten la expresión de la situación frustrante y dolorosa, y evite desbordes emocionales que compliquen aun mas su condición. Este trabajo conjunto puede ir más allá de una conversación informal, para configurar un informe de atención Psicopedagógica que se integre a la valoración general.

4. Teoría socio cultural del desarrollo.

Lev Semenovic Vigotsky (1979) señala que todo aprendizaje tiene una historia previa, todo niño ya ha tenido experiencias antes de iniciar cualquier proceso de aprendizaje, por tanto aprendizaje y desarrollo están interrelacionados desde los primeros días de vida del niño. Este autor refiere dos niveles: el nivel evolutivo real, que hace referencia al desarrollo de las capacidades intelectuales propias de cada individuo y pueden realizar por si solos; y el nivel de desarrollo potencial que hace referencia a todo aquello que los individuos pueden hacer con la ayuda de otros.

Esta diferencia fue llamada por el autor como Zona de desarrollo próximo que “no es otra cosa que la distancia entre el nivel real de desarrollo, determinado por la capacidad de resolver independientemente un problema, y el nivel de desarrollo potencial, determinado por la resolución de un problema bajo la guía de un adulto o en colaboración de un compañero mas capaz” ( Vigotsky,1979. Pág 133).

Esta teoría tiene otras acepciones sobre aspectos del desarrollo, las funciones psicológicas superiores, la funciones interpsicologicas e intrapsicologicas, que el autor no ampliara para no hacer mas densa esta presentación. Lo importante es el principio que se esboza en este aparte, el cual establece, que toda actividad de aprendizaje debe formularse con base en el reconocimiento de los aprendizajes previos y el nivel de “andamiaje” necesario para incrementar las habilidades y competencias de los niños, niñas y adolescentes en determinadas áreas del conocimiento.

En fin, con esta breve descripción de la teoría sociocultural de Lev Semenovic Vigotsky, el autor termina de esbozar los componentes de la propuesta pedagógica que ha llamado el derecho y el deber de ser persona. En adelante, el autor señalara las unidades temáticas y metodologicas para materializar el enfoque, y terminará con una proyección sobre la labor pedagógica en los centros de emergencia.

5. Unidades temáticas

Dimensión ética del comportamiento: los derechos y deberes.
Reconocimiento de si mismo: actividades conducentes al conocimiento de aspectos de la personalidad, deseos y sueños de los niños.

6. Metodología

Para hacer operativo el enfoque es necesario hacer una prueba inicial que identifique los intereses y aptitudes de los niños. La prueba se basará en la observación sobre la interacción del niño con el maestro, su historia escolar, habilidades de escritura, lectura, modelado, discriminación y coordinación visual, motricidad gruesa y fina, articulación de las palabras, fluidez, riqueza de léxico, y se complementará con una observación del niño en el grupo de trabajo para identificar sus habilidades sociales.

Con el resultado de la prueba, el Psicopedagogo – o maestro(a) – podrá articular actividades especificas para fortalecer las competencias y actitudes que promueve el proyecto pedagógico, y facilitar la interacción de los niños, niñas y adolescentes con los demás miembros del grupo.

De la misma forma, es necesario evaluar el proceso con intervalos de 10 días para registrar los resultados, revisar la metodología y las actividades, y hacer recomendaciones al grupo de intervención terapéutica - si fuera necesario-.

De otro modo, para mejorar la interacción de los niños con el Psicopedagogo o maestro, es necesario que éste profesional conozca la situación irregular que lo llevó al centro de emergencia. Este conocimiento, que deberá guardar según su ética profesional, le ayudará a establecer estrategias que favorezcan la convivencia en el centro, y a no cometer errores al despertar resistencias derivadas de la situación penosa que experimentó el niño, niña o adolescente.

7. Proyección de la labor pedagógica en los centros de emergencia.

Los niños, niñas y adolescentes que han sido victimas de maltrato, abuso u otro delito, y son ubicados en los centros de emergencia, necesitan del apoyo conjunto de profesionales que se interesen por su bienestar. En este sentido, el psicopedagogo – u otro maestro(a)- tiene un papel importante en esta labor, al estructurar y poner en marcha programas de desarrollo humano que resalten las potencialidades de los niños desde la perspectiva del ejercicio de sus derechos.

La labor pedagógica, encarnada en la figura del educador, es un componente indispensable en el proyecto de los centros de emergencia. No obstante, esta labor debe ser estructurada y formulada con base en los objetivos del programa, la condición humana de los niños, niñas y adolescentes y el conocimiento capitalizado históricamente por la pedagogía. Es decir, un proyecto solo es pedagógico cuando orienta sus acciones y persigue un objetivo con base en principios definidos sobre que es aprender, que es un sujeto, y cual es el proyecto social que privilegia, entre otros.

De esta forma, la pedagogía, en cabeza de profesionales como los psicopedagogos y otros educadores, tiene como reto en los centros de emergencia: responder a las necesidades especiales de un grupo de niños que experimentan los efectos del sin sentido humano, muchas veces en manos de su propia familia. Cuando un niño ingresa a un centro de emergencia puede llegar a sentir que su mundo se desmoronó y que nada tiene sentido; o sentirse solo o sola y sin esperanza. En este sentido, la tarea del maestro es comprender la situación desde adentro y promover acciones que visibilicen todo aquello que nos queda de humanos, incluso ante las peores tragedias.

Bibliografía

LAINO, Dora / PAIN, Sara y AGENO, Raúl Mario La Psicopedagogía en la actualidad: Nuevos aportes para una clínica del aprender/.-1ª .ed. – Rosario: Homo Sapiens, 2003.
VIGOTSKY, L.S. (1979). El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. Buenos aires. Grijalbo
ZULUAGA, Olga Lucia la historicidad de la pedagogía. La enseñanza, un objeto de saber. 1999. Editorial Anthropos siglo del hombre editores.
Constitución política de Colombia. 1991
Ley de infancia y adolescencia 1098 del 2006.
Notas
1. En este punto es importante aclarar que el autor habla de niños con un nivel de contención emocional básico, y que en este caso no se refiere a niños con cuadros psiquiátricos o problemas mentales, los cuales reciben o deben recibir atención especializada e individual.

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